Consejos de uso, mantenimiento y limpieza de tu bolsa de hidratación

AristaSur 2 Abril 2018
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Bolsa de hidratación - Camelbag
Sección Material

En este artículo te mostramos unos cuantos consejos de uso y de mantenimiento para tu bolsa de hidratación tras tus salidas al monte. Aunque pueda dar pereza hacer esto nada más llegar a casa, el no hacerlo podría tener graves consecuencias para tu salud por la posible aparición de moho, gérmenes u hongos.

Úsala solo con agua

El primer consejo es reservar la bolsa de hidratación solo para el agua y dejar otro tipo de bidones y botellas para  las bebidas isotónicas o energéticas. De esta forma evitamos que la bolsa se impregne de sabores y olores que podrían resultar complicados de eliminar tras su uso.

Enjuágala bien tras su uso

Al llegar a casa, enjuaga bien tanto el exterior como el interior de la bolsa y no te olvides de hacer lo mismo con el tubo y, más importante aún, la boquilla. Puedes enjuagarla solo con agua si la usas de forma continuada. Aún así, tras varios usos conviene hacer una limpieza más profunda. Para ello, puedes usar agua con jabón, agua con una cucharadita de lejía, o agua con un par de cucharadas de bicarbonato. Llena la bolsa con uno de estos preparados, abre el tubo para que también se llene de esta mezcla y déjala actuar unas horas para que haga su función correctamente. Después, vacía la bolsa y enjuágala bien solamente con agua para eliminar cualquier tipo de resto. Además de estos métodos caseros, también hay unas pastillas especiales que venden para limpiar las bolsas de hidratación. Puedes sumergir la boquilla de la bolsa en una de estas mezclas para garantizar una mejor limpieza de la misma.

Sécala bien

Una vez enjuagada la bolsa asegúrate de secarla bien al aire y no exponerla directamente al sol para evitar que se deteriore prematuramente. Un consejo es colgar la bolsa boca abajo (algunas bolsas vienen con unas pequeñas varillas dedicadas a tal fin) para dejar escurrir el agua del interior. Dado que es fácil que queden restos de agua en los recobecos de la bolsa, un buen consejo es meter papel de cocina en el interior para que termine de absorber cualquier resto de agua que quede.

¡A congelar!

Una vez limpiada y enjuagada, guarda la bolsa de hidratación en el congelador. El frío y la oscuridad evitarán que proliferen bacterias y hongos. Presta atención a que no quede agua en el interior de la bolsa, pues al congelarla podría convertirse en hielo y rajarla si no nos percatamos de ello. Otro buen consejo es guardar la bolsa de hidratación en una bolsa de plástico para evitar que absorba los olores de otros alimentos que tengamos guardados en el congelador.

Kit de limpieza

También existen en el mercado kits de limpieza para bolsas de hidratación. Se trata de un conjunto que incluye una percha para colgar la bolsa y permitir un secado más rápido, una varilla flexible con un cepillo en su extremo para la limpieza del interior de la manguera, y otros dos cepillos adicionales para la limpieza del interior de la bolsa y de la boquilla. Puedes adquirir un kit universal de limpieza haciendo click aquí.

Consejos de uso

En climas fríos rellena la bolsa con agua tibia para evitar el congelamiento. También puedes comprar un aislante tanto para la manguera como para la bolsa de hidratación. Y después de beber, sopla a través de la manguera para que el agua que quede en ella regrese a la bolsa. De este modo evitarás que los restos de agua de la manguera se congelen y te impidan beber con comodidad el resto de la marcha.

En climas calurosos rellena la bolsa con agua fría o introduce hielo picado en su interior. Vigila que los hielos no tengan aristas afiladas que puedan rajar la bolsa. Aislar la manguera e incluso la bolsa puede resultar también útil para evitar que se caliente el agua.

Bolsa de hidratación o camelbag