Cómo se forman los mares de nubes

2 Septiembre 2019
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Mares de nubes
Sección Interesante

Si has montado en avión, seguramente alguna vez hayas atravesado un mar de nubes y te hayas preguntado cómo se forma. En montaña, ocurre igual, y seguro que no olvidas el paisaje tan espectacular de la primera vez que, durante una ascensión, atravesaste esa "capa de algodón". 

Se llama mar de nubes a la capa de nubosidad -generalmente entre los 500 y 1.500 metros de altitud- que se extiende horizontalmente bajo nuestro punto de observación, que suele ser elevado (p.ej. un pico de una montaña). Estos mares pueden abarcar desde decenas hasta cientos de kilómetros cuadrados de superficie, aunque su espesor no suele superar los 100 o 200 metros. Por debajo de ellas, el tiempo es húmedo y con sensación de neblina o lluvia. Por encima, sin embargo, luce el sol y la temperatura es más elevada (inversión térmica).

El mar de nubes suele generarse con tiempo frío, humedad, estabilidad atmosférica y cielos despejados. Bajo estas condiciones es habitual encontrarse con mucho frío y humedad al amanecer, pero con temperaturas más elevadas y agradables a mediodía. Pero estas condiciones, a pesar de ser necesarias, no son suficientes. Para que aparezca este fenómeno se precisa, por un lado, de bajas temperaturas y mucha humedad en superficie y, por otro, de un tapón en altura que impida a las nubes "escapar" y desarrollarse verticalmente.

Para que se forme la niebla matutina que solemos encontrar bajo dichas condiciones se requiere una humedad relativa del 100%. En la noche, el cielo despejado provoca que el calor terrestre acumulado por el día sea liberado a la atmósfera, provocando un enfriamiento de la capa superficial terrestre que se condensa formando la niebla. Esta niebla se ancla a la superficie porque el aire frío es denso y pesado, depositándose de esta forma en los valles. Sin embargo, el aire cálido se superpone en las capas superiores, generando un tapón que, junto a las laderas de las montañas, evita que las nubes se escapen vertical y horizontalmente. Esto se conoce como inversión térmica, una situación atmosférica en la cual la temperatura del aire aumenta conforme ganamos altitud (al contrario de lo que es habitual). A esto se debe que el observador tenga una sensación de más calor, ya que, una vez rebasado el mar de nubes, este se sitúa en la capa más cálida de la atmósfera.

Mar de nubes (foto tomada de instagram.com/urko_fiba)