1. Formas simples
Toda la información sobre el relieve que ofrece un mapa topográfico reside en el sistema de representación que llamamos curvas de nivel, por lo que resulta imprescindible familiarizarse con dicho sistema con el objeto de poder interpretar correctamente los diferentes accidentes del terreno.
Existen unas formas del terreno que se consideran elementales y que, por ello, reciben la denominación de formas simples: los salientes y los entrantes. La verdad es que estas formaciones rara vez aparecen en su estado más simple, pero su combinación da lugar a otras formas más complejas que sí aparecen con profusión en los mapas. También hay que indicar que un saliente es la forma opuesta a un entrante. Aún y todo cabría añadir una forma aún más elemental, que es la llanura o meseta, cuya idea sería la superficie de una mesa. La ausencia de relieve que expresa una llanura no tiene representación en el sistema de curvas de nivel (pues todo el terreno se coloca a un único y mismo nivel).
1.1. Salientes y divisorias de aguas
Los salientes son formas simples del terreno que presenta una convexidad para el observador. Se caracterizan porque las curvas de menor cota envuelven a las de cota mayor.
Salientes
Todo saliente posee dos laderas o vertientes separadas por una línea imaginaria denominada divisoria de aguas o interfluvio. Esta línea es la de máxima pendiente, y separa el agua de lluvia que cae sobre el saliente, guiándola por una vertiente o por la otra. El arroyo que desciende por una de los dos vertientes no puede pasar a la otra, es decir, no puede cruzar la divisoria de aguas.
1.2. Entrantes y vaguadas
Los entrantes son formas simples del terreno que presentan una concavidad para el observador. Se caracterizan porque las curvas del nivel de mayor cota envuelven a las de cota menor.
Entrantes
Como en el caso de un saliente, el entrante posee dos superficies o vertientes separadas por una línea imaginaría que se denomina vaguada o thalweg.
La vaguada queda determinada por una línea que corta a todas las líneas de nivel siguiendo la máxima pendiente. Este camino es aprovechado por el agua de lluvia que reciben las montañas, por lo que en la práctica suele estar ocupada por algún río o arroyo ya sea de caudal intermitente o no.
2. Formas compuestas
La unión de dos o más formas simples origina una forma compuesta. Las formaciones de este tipo más importantes son los montes, que se originan al combinarse dos salientes, y las depresiones u hoyas, que se originan al unirse dos entrantes. Un monte es justamente la forma opuesta a una hoya. Para diferenciarlos deberemos observar la secuencia de las acotaciones de las curvas de nivel.
2.1. Montes y colinas
Un monte es una prominencia en el terreno formada por combinación de dos salientes. Existen diversas denominaciones para este accidente, dependiendo en muchos casos de su magnitud o de su apariencia (que puede ser más o menos afilada, aplanada, alargada, etc): monte, montaña, colina, cerro, cabezo, pico, punta, etc.
Un monte se distingue porque las curvas de nivel de mayor cota quedan envueltas por las curvas de nivel de cota menor. Cuanto más apretadas aparecen las curvas de nivel sobre una vertiente, mayor será la inclinación de la misma, por lo que cabe deducir que se trata de un terreno más abrupto que en aquellas laderas donde las curvas de nivel se encuentran más distanciadas.
Montes
En la figura anterior se muestra un monte, y se observa que está formado por la unión de dos salientes más o menos semiesféricos. Como resultado se originan cuatro líneas divisorias de aguas que diferencian cuatro vertientes. El punto más elevado del monte se llama cumbre o cima. Los mapas suelen dar la altitud o cota de las cumbres (en este caso es de 522 metros).
Cumbre
2.2. Collados y puertos
Si en lugar de unir dos salientes como en el caso anterior, lo hacemos por sus vértices se obtiene la forma compuesta que se ve en la siguiente figura.
Collado
Dos entrantes A y B se han unido por sus vértices originando dos nuevos salientes, C y D, son sus correspondientes vaguadas. La zona de unión de los dos salientes es P, y se denomina puerto, portillo o collado.
Puerto
Un puerto o collado es el punto más bajo entre dos cumbres consecutivas. Estos lugares son aprovechados para pasar por ellos caminos y carreteras con objeto de atravesar las cordilleras montañosas. Este hecho es el que usamos vulgarmente para relacionar un puerto con un alto en una carretera de montaña.
Un collado delimitado por paredes más o menos verticales sobre una cresta o arista rocosa recibe el nombre de brecha.
Las marcadas líneas que dan a parar a algunas brechas se denominan canales o corredores, y por ellas suelen discurrir itinerarios de alta montaña como paso estratégico para alcanzar las cumbres más abruptas.
Canal, brecha y arista
Las canales se suelen hallar definidas por espolones rocosos más o menos continuos. En su seno podemos encontrar pendientes cubiertas por derrubios (piedras sueltas) llamadas pedreras, pedrizas o canchales, o por empinadas laderas herbosas. En invierno su ascenso puede requerir equipamiento de alta montaña, en particular piolet y crampone,s pues se forma con facilidad hielo sobre ellas. Al ser lugares que reciben poco el sol, la nieve acumulada puede persistir durante el verano, formando neveros.
A veces las canales se estrangulan de forma significativa en varios puntos de la misma, especialmente en la salida a la arista cimera. Estas estrangulaciones se suelen conocer con el nombre de chimeneas, que pueden ser más o menos verticales, por lo que superarlas pueden llegar a requerir técnicas especiales y equipo de escalada.
2.3. Hoyas y depresiones
La unión de dos entrantes da lugar a una forma del terreno compuesta denominada hoya o depresión. La imagen que debemos tener en la cabeza para interpretar esta formación es la de un "embudo" o una "copa de champán".
Una hoya se distingue porque las curvas de nivel de mayor cota envuelven a las de cota menor. Esto diferencia este accidente del terreno de un monte. Para que la interpretación sea correcta necesitaremos fijarnos en la secuencia de acotación de las curvas de nivel.
En la figura se observa la formación de una hoya por la unión de dos entrantes más o menos semiesféricos. El resultado final es una depresión con cuatro vaguadas. Si una hoya captura un curso de agua recibe el nombre de sumidero. El agua acaba por introducirse en el interior terrestre pasando a circular de forma subterránea.
Hoyas
En los terrenos calizos se suelen formar hoyas más o menos grandes por hundimiento del terreno que ha sido erosionado por el agua de lluvia. Reciben el nombre de torcas o dolinas este tipo de accidentes. Algunas dolinas son más bien redondeadas pero otras pueden ser mucho más abruptas y estar delimitadas por paredes verticales. Cuando una dolina atrapa un curso de agua recibe el nombre de sumidero, y cuando su fondo presenta una caída vertical recibe la denominación de sima.
Hoya
2.4. Barrancos y desfiladeros
Los cursos de agua originan barrancos sobre la superficie terrestre. Estos no son otra cosa que entrantes por cuya vaguada circula una corriente de agua como un arroyo o un río. Cuando estos barrancos se estrechan de manera importante, el accidente se suele denominar desfiladero, cañón u hoz. En ellos el curso de agua circula encajonado entre paredes más o menos verticales.
En el mapa se presentan varios cursos de agua entorno al monte Berretin (1.226 m). Se han marcado las líneas divisorias de aguas más destacables. Cada arroyo discurre por el fondo de un barranco siguiendo el camino de su vaguada.
Barrancos
2.5. Crestas y cordales
La línea imaginaría que une las cumbres consecutivas de una sierra o cordillera se denomina cresta o cordal. Los puntos más bajos entre las cumbres de la cresta son los puertos o collados.
Cresta
Cuando una cresta es especialmente aguda y abrupta recibe el nombre de arista. Las cumbres de una arista suelen ser igualmente abruptas recibiendo el nombre de agujas, gendarmes o pitones, según, muchas veces, la propia apariencia que presentan ante el observador. Los collados que dejan entre sí estas cimas suelen ser estrechos y abruptos, y muchas veces se denominan brechas.
2.6. Relieve glaciar
En las montañas más elevadas los valles han sido labrados por la acción de los glaciares que modelaron el relieve de las cordilleras montañosas durante el cuaternario.
Los valles glaciares poseen una marcada forma de "U", mientras que los debidos a la erosión fluvial marcan una forma de "V". En un glaciar el movimiento del hielo erosiona el fondo sobre el que se asienta, lo estría y desgarra depositando los materiales no sólo en la base del mismo, sino también, en sus lados y frente a su lengua. Estos depósitos reciben el nombre de morrenas (se habla de la morrena frontal, morrenas laterales y de la morrena de fondo).
Relieve Glaciar
En la superficie del glaciar, como resultado de las tensiones, se abren profundas grietas que constituyen auténticas trampas para los alpinistas que progresan por ella sin las medidas de seguridad oportunas. La separación entre la masa de hielo y los rebordes del valle suele ser, también, muy delicada al encontrarse una grieta también muy profunda denominada rimaya.
El resultado final de la erosión glaciar es un valle de forma más o menos semicircular denominada circo. Las cumbres que lo dominan suelen ser muy abruptas (Pirineos, Gredos, Alpes) aunque si la erosión ha sido importante las formas son mucho más suaves (Sistema Ibérico). Actualmente los sedimentos del glaciar pueden interponer cierta dificultad a desaguar sus cuencas, lo que ha dado lugar a la formación de lagunas glaciares que en el pirineo occidental reciben el nombre de ibones.
2.7. Relieve kárstico
El relieve kárstico o karst es el formado por el agua de lluvia sobre los terrenos calizos. La roca caliza es abundante en muchos macizos montañosos. En el caso de la Península Ibérica encontramos grandes karst en el Pirineo Occidental y Cordillera Cantábrica.
La roca caliza está formada por Carbonato de Calcio (CaCO3) que no es soluble en agua. Sin embargo basta con que el agua de lluvia tenga en disolución cierta cantidad de Anhídrido Carbónico (CO2) para que esta situación cambie, pues el Carbonato de Calcio se transforma en Bicarbonato de acuerdo con una reacción química que sí es soluble al agua: CaCO3 + CO2 + H2O = Ca (HCO3)2. El resultado es que el agua rica en anhídrido carbónico atacará la roca caliza, tanto en la superficie como en el interior terrestre.
En el interior terrestre se forman galerías y cuevas que permiten el transporte del agua subterránea, de tal manera que podemos imaginar el interior de los macizos kársticos como gigantescos quesos de “Gruyere”. Como consecuencia de esto la superficie se hunde y se forman hoyas circulares o elípticas denominadas torcas o dolinas. Estas pueden tener diámetros desde un par de metros hasta centenares de ellos. El fondo de algunas dolinas puede romperse y las ponen en comunicación con galerías subterráneas. Se forman, de este modo, simas. Algunas de ellas pueden llegar a capturar los escasos cursos de aguas que discurren por el karst. Se trata de sumideros que se encargan de sumir los arroyos en el interior terrestre. Evidentemente que el agua capturada por el macizo debe volver a brotar en algún sitio. Esto ocurre en surgencias y manantiales situados en la base del macizo montañoso.
Sobre la superficie del terreno se observan otras manifestaciones además de las dolinas, sumideros y simas, como es el caso de los lapiaces. Los lapiaces son extensiones más o menos grandes donde aflora la roca caliza en forma de irregulares bloques, a menudo afilados como cuchillos, horadados y fracturados. En Cantabria y Asturias se les conoce con el nombre de garmas. El avance por este tipo de terrenos debería evitarse, pero si esto no es posible la travesía por ellos nos resultaría lenta, penosa e incluso peligrosa.
Extraído del "Curso de Cartografía, Orientación y GPS" de Javier Urrutia. Permitida su reproducción para aplicaciones docentes, culturales y didácticas siempre y cuando éstas no persigan ánimo de lucro ni beneficio particular alguno.