El volcán Etna, situado en la isla de Sicilia (Italia), es el volcán activo más grande de Europa. Con sus 3.342 metros de altura, representa el punto más alto del país (a excepción de los Alpes al norte). Posee un asombroso historial en cuanto a actividad volcánica, ocurriendo entre 2002 y 2003 una de las series de erupciones más importantes en muchos años. Esta serie destrozó la estación turística de Piano Provenzana –al noroeste–, así como parte del Refugio Sapienza –al sur–.
Las constantes erupciones obligan a una reconstrucción y mantenimiento continuo de las instalaciones turísticas en sus puntos más altos, como son los refugios, observatorios, estación de esquí y funiculares. Además, estas erupciones modifican constantemente el paisaje volcánico en altura, y se estima que hoy día el volcán ha perdido 21 metros de altura desde 1865.
Gracias a Google Street View puedes visitarlo sin moverte de casa. Comienza el tour desde el Cráter Silvani a 3.000 metros de altura.
Pero vayamos a lo que más nos interesa. ¿Es posible hacer trekking en las inmediaciones de los cráteres más altos? Por supuesto. Cuentan que una de las aproximaciones y rutas más bellas al centro del volcán se realiza desde la parte noroeste, donde antiguamente se ubicaba el refugio Piano Provenzana. Sin embargo, en unas de las últimas erupciones esta estación quedó destrozada por la lava, así como muchos de los caminos de acceso a esta parte del parque. Por esta razón, hoy día es una de las rutas menos conocidas. No obstante, desde mi experiencia, sólo puedo hablar del acceso más típico y turístico al monte Etna: la parte sur desde el refugio Sapienza.
El primer paso para comenzar la ruta es llegar hasta dicho refugio. Si bien las indicaciones de tráfico en la isla de Sicilia son bastante deficientes, debo decir que las señales hasta dicho punto son buenas (claro está, pues constituye una importante fuente de ingresos para la comunidad). Desde la circunvalación que une la autovía de Palermo-Catania con la autovía de Messina-Catania (denominada Tangenziale di Catania), recomiendo seguir las indicaciones hasta Nicolosi (lo cual no será ningún problema, puesto que las indicaciones van en paralelo junto a las señales turísticas del Monte Etna). Nicolosi será el último pueblo antes de entrar al parque. Debo advertir que el tráfico en esta parte de la isla es horroroso, y que muchas veces las señales hacia Nicolosi y Monte Etna parecen ser confusas y se alternan entre ellas en la carretera. No obstante, una vez encontradas estas indicaciones, todas ellas nos conducirán hasta el mismo punto, es decir, el refugio Sapienza, por lo que no habrá pérdida ninguna.
Siguiendo por esta carretera (ya de montaña), el paisaje cambiará de manera abrupta, y no tardarás en darte cuenta que te hayas en las proximidades de un volcán. El paisaje es espectacular, volcánico, oscuro y desolador. En la cota 1.900m se halla el refugio Sapienza y una serie de horrorosas instalaciones turísticas que hacen perder todo el encanto de la zona. Eso sí: las vistas son espectaculares. No te preocupes por el parking, pues hay más que suficiente (si mal no recuerdo, a 4 euros el día completo).
La pista de ascenso comienza justo detrás de la estación del funicular. Dicha pista es muy evidente, pues se asemeja a una especie de cortafuegos artificial sobre el que discurre la secuencia de postes del funicular. El camino no tiene pérdida, y deberemos continuar ascendiendo con el funicular sobre nuestras cabezas o, para evitar un poco el ruido de los cables, por las pistas de esquí que discurren paralelas a este. Conforme ganemos unos cientos de metros, a nuestras espaldas podremos ver uno de los cráteres situados al lado del parking (cráter Silvestri), y que no nos daremos cuenta de su existencia hasta situarnos en este punto. Las vistas son más que espectaculares (si no fuera por los cables del funicular y los edificios de la estación al fondo). El camino continúa ascendiendo sobre una pedrera volcánica que, en algunos tramos, hará que retrocedas más de lo que avanzas.
Subida desde el Refugio Sapienza bajo el funicular. Al fondo el cráter Silvestri
La configuración básica del volcán consiste en laderas empinadas en cotas medias (entre 1.000-2.500m), pendientes suavizadas en cotas intermedias-altas (2.500-2.900m), y de nuevo laderas empinadas antes de llegar a cumbre (2.900-3.250m). Personalmente, creo que esta parte de la ascensión es la más fea y costosa, puesto que (1) asciendes sin perder de vista la línea del funicular, (2) asciendes por la pista de esquí (con nieve o sin nieve, según la época del año), lo cual es bastante artificial en medio de una montaña, y (3) de vez en cuando observarás como los coches 4x4 cargados de turistas avanzan a toda prisa por una pista hasta los 2.500 metros de altura. No obstante, esta primera parte de la ascensión la podremos superar haciendo uso de los funiculares; eso sí, a un precio nada barato.
Subida por la pista de esquí, paralelos a la vía del funicular
A 2.500 metros de altura habremos salvado la peor parte de la ascensión: terreno empinado sobre una base de piedras volcánicas muy sueltas. En este punto veremos la estación del funicular, en la que hay exposiciones de fotografía y vídeos de las últimas erupciones del volcán, cafetería y restaurante, alquiler de material, y punto de relevo para alcanzar las cotas más altas. No queda de más recordar que estamos en un clima de montaña (aunque muchas veces se pierda este concepto por lo turístico de la zona) y, aunque yo realicé esta ruta en agosto, el frío y el viento a esta altura era bastante fuerte. En esta estación podréis alquilar botas impermeables y chaquetas a un precio muy económico (3-4 euros). Fuera de la estación podréis observar los ‘camiones mini-bus 4x4’ que llevan a los turistas a la cota 3.000m. La cara de esta gente cuando te ve aparecer andando por el pedregal es más que curiosa…
El precio de ida y vuelta del funicular, que te lleva desde el parking hasta los 2.500m, cuesta alrededor de 20-25 euros. Por su parte, si quieres continuar en vehículo todoterreno hasta los 2.900 metros, deberás añadirle otros 20-25 euros (incluye ida y vuelta ambos trayectos, aunque también es posible comprar sólo la ida o la vuelta).
Camión todoterreno encargado de llevar a la gente desde la estación del funicular (2.500m) a los cráteres (2.900m)
A partir de aquí la pendiente se suaviza bastante, si bien el terreno se hace más arenisco y polvoriento. El camino que queda hasta la cota 2.900m es muy evidente, pues sólo tendrás que seguir la pista que utilizan los vehículos todoterreno para subir a los turistas a este punto. Esto continúa siendo el lado negativo de esta ruta, pues hace que se pierda toda la belleza de andar por estos parajes en solitario. Para atajar y perder un poco de vista el tráfico rodado, un consejo es caminar paralelo a dicha pista, en su margen izquierdo y ganando un poco de altura. A nuestra izquierda veremos cómo una fuerte pendiente acabará convirtiéndose en uno de los cráteres que visitaremos desde su punto más alto.
Pista por la que ascienden los vehículos todoterreno. Deberemos caminar paralelos a este por la izquierda.
Muchas veces la sensación de caminar por esos paisajes negros y volcánicos es indescriptible. ¡Consejo! Usa botas altas o incluso polainas si el tiempo no es muy caluroso, así evitarás que se llene la bota de piedras. Personalmente creo que esta parte de la ascensión es muy bella si consigues perder de vista la pista. Todo a tu alrededor es completamente negro y sin ninguna vegetación posible. Yo tuve la “suerte” de que una densa niebla me acompañara en este camino, haciendo muchas veces el camino más espectacular de lo que de por sí es.
El camino no tiene pérdida en ningún tramo y, continuando nuestra caminata en paralelo a la pista y ganando poco a poco más altura, llegaremos al refugio Torre del Filósofo, en la cota 2.900m. Aquí es donde termina el camino de los vehículos todoterreno, y la afluencia de gente es imponente. Veremos que lo único que queda de este refugio es el techo, pues quedó destruido en la erupción de 2002 y sus dependencias quedarán bajo nuestros pies, enterradas entre piedras y ceniza volcánica. Desde este punto ya podremos observar el edificio somital y el gran domo que forma el cráter principal (la cumbre). Sobre nuestras cabezas quedarán el cráter nordeste y el cráter sudeste; y más allá Bocca Nuova y Voragine, otros dos cráteres que son los más cercanos a la cumbre del volcán y, por tanto, los cráteres centrales.
Refugio Torre del Filósofo (2900m)...o lo que queda de este
No obstante, en este punto es interesante desviarse unos metros de nuestro camino y seguir el bullicio de gente que va a contemplar dos de los cráteres más turísticos de la zona (lo que constituye su motivo principal de por qué subieron hasta este punto). En ellos podremos observar cómo las fumarolas expulsan de manera ininterrumpida los gases de azufre del interior de la tierra. Dependiendo del día el olor puede llegar a ser insoportable. Y si el viento nos sopla de cara y hace que quedemos envueltos por dichos gases, ¡la irritación en los ojos puede tardar poco en llegar! Bastará con alejarnos de las fumarolas para evitar esta incómoda sensación.
Cráteres accesibles desde el refugio Torre del Filósofo
Retornando por donde proseguía nuestro camino, a la misma altura que el antiguo refugio Torre del Filósofo, veremos cómo la pista continúa de manera evidente adentrándonos en un área todavía más espectacular que lo que habremos visto hasta el momento. En este punto varios carteles advierten del peligro de seguir el camino sin guías que nos acompañen. No obstante, de lo único que hay que preocuparse a partir de este punto, es de la peligrosidad que supone acercarse hasta el cráter principal de un volcán.
Seguimos nuestro camino por la evidente pista, llaneando aproximadamente medio kilómetro para, en ese punto, desviarnos hacia nuestra derecha y afrontar cara a cara las pendientes que nos quedan por remontar (ojo, aunque la pista continúe de frente, nosotros deberemos desviarnos; esta pista conduce hasta otro punto diferente del volcán y continuar por ella nos haría perder un tiempo muy valioso). De nuevo el terreno vuelve a inclinarse, y las pendientes se hacen más fuertes hasta la cumbre. Además, la mezcla de piedra suelta volcánica y arenisca dificultará notablemente la marcha.
Lamentablemente, mi camino termina aquí. A escasos 300 metros de desnivel hasta la cumbre, tras la pared que se levanta ante mis ojos, decido darme media vuelta por falta de tiempo. Un fallo en el cálculo de la ruta, y una caminata más lenta de lo esperado, hace que tenga que dejar la cima para otro año. No obstante, el camino hasta la cumbre sigue sin tener pérdida. Deberemos pelearnos con el terreno para avanzar verticalmente, zigzagueando tal vez, para llegar hasta el cráter principal del Etna y disfrutar de lo que tiene que ser una verdadera maravilla de la tierra. El volcán seguirá ahí por mucho tiempo, y desde luego planificaré mejor y con más tiempo mi próximo intento hasta su cumbre.
Para descender lo haremos deshaciendo todo el camino andado. Eso sí, la bajada por esos terrenos se hará más divertida que la subida, pues correremos colina abajo por la arenisca volcánica con el único inconveniente de que nuestras botas, ropa y cuerpo se ennegrecerán con el polvo levantado.
Puedes descargarte el track descrito en esta entrada para tu GPS en el siguiente fichero adjunto. NOTA: el track parte del refugio Sapienza, pasando en primer lugar por el cráter Silvestri para, después, enlazar por el camino descrito bajo los postes del teleférico. Observa que el track no se alcanza la cumbre. La bajada sigue el mismo camino de vuelta, tomando esta vez el teleférico en los 2500m. hasta el refugio Sapienza (por eso la línea recta que aparece en la parte final del track).