La naturaleza proporciona indicios o pistas que pueden servirnos de ayuda para orientarnos. Si en nuestra salida a la montaña nos cruzamos con algún árbol cortado o algún árbol al que se le haya partido una rama gruesa, podemos fijarnos en sus anillos para identificar el sur y el norte. Al observar dichos anillos veremos que estos no son simétricos, sino que por un lado los anillos están más separados que por otro, a consecuencia de cómo el árbol busca el sol durante su crecimiento.
En el hemisferio norte los árboles crecen principalmente hacia el lado sur buscando el sol. Por ello, las distancias anchas entre los anillos indicarán el sur y las distancias estrechas indicarán el norte (ver imagen abajo). En el hemisferio sur, sin embargo, ocurre al contrario, pues los árboles crecen mayoritariamente hacia el norte en busca del sol. En este caso, las distancias anchas entre los anillos indicarán el norte y las distancias estrechas indicarán el sur.
En esta imagen (tomada en el hemisferio norte) identificamos el sur por el lado en el que hay mayor separación entre los anillos.
La orientación por indicios suele funcionar en la mayoría de los casos, pero no siempre debemos fiarnos, pues pueden darse condiciones o variables que desconozcamos y que nos hagan errar en nuestros cálculos. Por ello, cuantas más pistas o trucos conozcamos, más certeza podremos tener de que estamos acertando.
Orientación mediante los tocones de los árboles cortados escrito por AristaSur está protegido por una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional