Cómo recoger, purificar y potabilizar agua en la montaña

5 Diciembre 2013
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Llenar bidón de agua
Sección Seguridad

Una buena hidratación es un aspecto básico a cuidar a la hora de realizar una actividad de gran esfuerzo en la montaña. Una persona puede sobrevivir un mes sin alimentarse, pero sólo siete días como máximo sin beber agua en un clima húmedo y dos días en un clima desértico. Con la adecuada hidratación evitaremos problemas tan peligrosos como las insolaciones y los golpes de calor. Es muy importante hidratarse antes de la actividad, durante la misma y, algo que algunos olvidan, después de terminarla para volver a recuperar los niveles de líquidos perdidos. La hidratación puede llevarse a cabo simplemente con agua, pero puede ser acompañada o sustituida por zumos, bebidas isotónicas o tes.

En este artículo queremos centrarnos en la búsqueda de agua en la montaña y su desinfección previa antes de consumirla, y así poder enfrentarnos a expediciones de varios días o contratiempos como la pérdida o rotura de bidones de agua en nuestras salidas.

Llenar bidón de agua

 

¿De dónde recoger agua?

El primer paso será localizar la mejor fuente de agua, en algunos casos la única, para evitar problemas de intoxicaciones. Para ello, debemos tener siempre un punto de desconfianza en el agua que encontremos, y analizar el entorno antes de rellenar nuestros bidones. Tendremos en cuenta lo siguiente:

  • Debemos buscar siempre agua que corra en chorreras o arroyos, y nunca tomar agua estancada de charcos o lagos, dado que en estos últimos se pueden acumular bacterias o parásitos incluso por muy cristalina que se pueda observar.
  • Dentro del agua que corre, es preferible buscar los manantiales, es decir, la que sale directamente de la roca.
  • Habrá que estar pendientes de contaminaciones próximas, como pueden ser excrementos de animales que pastan en la zona. En esos casos, aunque el agua corra, puede estar infectada.
  • En el caso de parajes nevados lo tendremos más fácil, ya que cualquier nevero en el que observemos que no han pisado cerca, ni humanos ni animales, puede ser apto para recoger nieve o hielo y derretirla.
  • Para lugares más áridos o desérticos observaremos dónde se acumula la vegetación y buscaremos en sus alrededores. También observaremos a los animales, ya que nos pueden llevar a donde ellos beben agua. 
  • En el peor de los casos, existen diversas técnicas para recoger el agua del rocío, de la condensación y de la lluvia.

En líneas generales, son tres los grupos patógenos de los que nos tenemos que proteger, ya que podrían aparecer en el agua recogida:

  • Parásitos: Los más comunes son los protozoos, las amebas y los gusanos. Las enfermedades que causan (giardiasis y cryptosporidiosis) tardan en manifestarse de 2 a 20 días y su sintomatologías incluyen nauseas, diarreas, dolor de estomago, fiebre, dolor de cabeza, flatulencia, etc. Sobreviven en aguas frías.
  • Bacterias: Más pequeños que los parásitos. Las enfermedades que causan (salmonela, cólera, disentería, tifus...) tardan en manifestarse de 2 a 5 días y su sintomatología incluye dolor abdominal, dolor de cabeza, fiebre, naúseas y vómitos. En sólo un 0,1% de casos es mortal. Sobreviven en aguas frías.
  • Virus: No suelen encontrarse en las aguas de países desarrollados, sin embargo, son bastante comunes en aguas tropicales. Trasmiten enfermedades como la Polio o la Hepatitis. Puede resistir a la congelación y son muy contagiosos. Se manifiestan a las 24 o 48 horas. Su sintomatología incluye vómitos y diarrea.

 

¿Cómo purificar y potabilizar el agua?

Una vez que tengamos nuestra agua recogida, si no nos fíamos mucho de la calidad de la misma, tendremos que purificar y/o potabilizar el agua con alguno/s de los métodos que vamos a enumerar a continuación. Purificar el agua consiste en limpiar y eliminar impurezas que pueda poseer, mientras que potabilizar el agua consiste en desinfectarla para que se pueda consumir.

  • Decantar: Consiste en dejar reposar el agua recogida para que todas las partículas se asienten en el fondo. Posteriormente, se transvará el agua a otro recipiente evitando mover las partículas del fondo. No elimina ningún tipo de parásito, bacteria o virus. Sólo se utilizaría para agua en buenas condiciones para el consumo pero que esté turbia por restos de tierra.
  • Filtros: Consiste en bombear el agua a través una malla con poros de un tamaño muy reducido (1 micra al menos, pero recomendable 0,4 micras o menos) para eliminar impurezas. Es eficaz para eliminar parásitos y bacterias, pero no virus. Su ventaja es la rapidez. Sus inconvenientes son el precio, el espacio que ocupa en la mochila y el mantenimiento que necesitan.

MSR Miniworks Ex

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  • Hervir: Consiste en calentar el agua hasta su ebullición (100ºC) entre 2 y 5 minutos. Es el más efectivo para eliminar parásitos, bacterias y virus (excepto el de la hepatitis). Su ventaja es que se suele aprovechar para posteriormente cocinar pastas, sopas, tés, etc; y que mantiene el sabor del agua. Su inconveniente es el tiempo invertido, más el tiempo de enfriamiento si es sólo para beber, el transporte del hornillo y el gasto de gas.
  • Pastillas potabilizadoras: Podemos adquirirlas en tiendas especializadas de montaña; en farmacias suele ser complicado. Realizan diferentes procesos químicos para liberar oxígeno, que es el que produce el efecto desinfectante de bacterias y virus, aunque el único que desinfecta los parásitos es el dióxido de cloro. Su ventaja es el poco espacio que ocupa en la mochila. Sus inconvenientes son que debes esperar un tiempo a que haga efecto (según las indicaciones) y que deja un sabor fuerte a cloro en el agua. Marcas conocidas son Katadin Micropur y Aquamira.

Katadyn MicropurAquamira Tablets

  • Yodo: Consiste en aplicar de 2 a 10 gotas de yodo por cada litro de agua recogida,+ y dejarlo actuar durante al menos 30 minutos. Elimina bacterias y virus. El inconveniente es que también deja un mal sabor en el agua. Las mujeres embarazas y las personas con problemas de tiroides no deben utilizarlo. Lo podemos encontrar en tabletas de hidroperyoduro de tetraglicina o bien con cristales de yodo (solución acuosa de yodo saturada).
  • Lejía: Consiste en aplicar 2 gotas de lejía por cada litro de agua recogida, y dejarlo actuar durante al menos 30 minutos. Elimina bacterias y parásitos. El inconveniente es que también deja un mal sabor de boca. No es válido cualquier tipo de lejía, hay que buscar una específica para potabilizar agua.

Por tanto, según las condiciones en las que se encuentre el agua que recojamos, tendremos que usar uno u otro método, o incluso la combinación de varios. Para un agua en buenas condiciones sólo utilizaríamos la decantación, si se encuentra algo turbia. Para agua de la que podamos dudar, podríamos utilizar cualquiera de los otros métodos (filtros, ebullición, pastillas, yodo o lejía). Para lugares donde el agua esté en muy malas condiciones, la ebullición o las pastillas son los mejores métodos.

 

¿Y si sólo hay nieve o hielo?

La nieve o el hielo deberían ser purificadas y potabilizadas tal y como hemos explicado anteriormente, aunque en este caso, al tener que utilizar por fuerza un hornillo para derretirlos, aprovecharíamos el mismo calor para hervirlos durante unos minutos y así conseguir agua potabilizada directamente.

El problema de este agua que conseguimos es que no se encuentra mineralizada, por lo que no nos aportaría esa cantidad de minerales necesarios en el cuerpo para el desarrollo de nuestro ejercicio. No nos perjudicaría, pero tampoco nos ayudaría. Para solucionarlo deberíamos utilizar polvos de bebidas isotónicas o bolsas de té, aunque los sabores que le dan al agua puede que no sean de nuestro agrado, de ahí que deberíamos ir probando diferentes marcas hasta encontrar el que más nos guste.

Lo que sí hay que tener muy claro es que nunca debemos comer directamente nieve o hielo, ya que el cuerpo necesitaría mucho calor para derretirlos, aparte de producirnos quedamuras en los labios y la garganta.

Derritiendo nieve