Cómo atarse las botas de montaña

AristaSur 1 Febrero 2016
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cómo atar las botas de montaña
Sección Material

A la hora de salir a patear al monte, pocas veces le prestamos la atención necesaria al correcto atado de nuestras botas. En un artículo anterior veíamos cómo elegir la talla correcta para tu calzado de montaña, y en este otro cómo comprobar si habías acertado con la talla elegida. Ambos pasos son primordiales, pero ahora vamos a repasar las ideas clave para saber cómo ajustarse convenientemente los cordones de las botas de montaña. Las ventajas, como iremos viendo, son múltiples: desde conseguir una mejor transpiración del pie, hasta conseguir una mejor adherencia y control sobre el terreno.

Para empezar, hay que saber que la bota se divide en dos grandes secciones: empeine o puente, y caña o tobillo. Lo importante es que ambas secciones se pueden atar o tensar de forma diferenciada. 

Partes de la bota que pueden atarse de forma diferenciada

Es muy importante que la parte del empeine quede bien ajustada. Esto evitará que nuestro pie deslice por el interior de la bota, lo que nos provocaría rozaduras, ampollas o uñas negras por el roce con la parte interna de la puntera. Para conseguir, por tanto, un buen ajuste en la parte del empeine, basta con apretar la cordonera empezando por la parte de la puntera, es decir, desde abajo hacia arriba. Ojo con no tensar los cordones en exceso para evitar molestias o cortes de circulación.

Una vez ajustado todo el empeine, hay que pasar los cordones por la primera hebilla. Hoy día, en la mayoría de botas esta primera hebilla es bloqueadora, lo que significa que el cordón quedará presionado y bloqueado en ella, pudiendo de esta forma proporcionar un tensado diferenciado a la zona del empeine y la caña. En caso de que no sea bloqueadora, bastará con pasar el cordón, por esta primera hebilla, desde arriba hacia abajo, tal y como se aprecia en la siguiente imagen. De esta forma conseguiremos igualmente una diferencia de tensión entre el empeine y la caña.

En caso de que la primera hebilla no sea bloqueadora, pasar el cordón desde arriba hacia abajo.

En este momento, debemos preguntarnos si ajustar más o menos la zona de la caña o tobillo, esto es, la lengueta de la bota. Durante ascensos o terreno homogéneo y no técnico, ataremos la zona de la caña sin tensión. De esta forma conseguiremos que la lengueta quede más libre, favoreciendo la transpiración y movilidad o flexión del tobillo al andar. Así nuestro tobillo estará más suelto y podrá moverse libremente en la dirección del paso. Recordad que en este tipo de botas la caña alta nos protegerá de torceduras laterales de tobillo.

Por el contrario, en descensos técnicos (p.ej. pedregales o canchales) o terrenos no homogéneos (p.ej. zonas muy rocosas o con aristas), necesitaremos mayor tensión de la cordonera en la zona de la caña, para así proporcionar una protección y sujeción adicional a nuestro tobillo debido a la dificultad inherente al terreno por el que caminamos. Por tanto, en estos casos, ataremos con más firmerza para compactar mejor la zona del tobillo.

Como últimos consejos, recordad que hay que pasar los cordones por todos los lazos, hebillas o ganchos de la bota. Al llegar a la hebilla superior (la más alta de la zona de la caña), podéis usar el mismo truco descrito anteriormente para evitar que el nudo se afloje durante la caminata, es decir, pasar el cordón desde arriba hacia abajo para que uno pise al otro. Nunca dejéis suelto el sobrante de los cordones para evitar caidas o enganchones. Los podéis sujetar o pasar por debajo de los cordones de la zona del empeine, tal y como se aprecia en la primera imagen del artículo. Por último, nunca paséis los cordones por la talonera de la bota o alrededor de vuestro tobillo. Esto podría causaros alguna lesión en el tendón de aquiles.

Para terminar, os mostramos un vídeo sobre cómo realizar un doble nudo para que éste nunca se nos afloje.

URL de Video remoto