Un alud es el desplazamiento violento de una gran masa de nieve ladera abajo, acompañada, a veces, de piedras, plantas o árboles que son arrancadas de la pendiente. Alud y avalancha son términos sinónimos, aunque el uso del primero es más habitual en castellano (avalancha es un galicismo de avalanche). Analicemos primeramente sus zonas y los principales desencadentes de aludes antes de conocer los tipos.
Zonas del alud
El alud se divide en tres partes:
- Zona de salida. En esta zona la nieve se pone en movimiento y empieza a acelerarse a lo largo de la pendiente ganando masa constantemente.
- Zona de trayecto. Aquí el alud ya está en movimiento y no hay ni incremento ni pérdida de masa, aunque esta afirmación en la actualidad es rebatida por algunos expertos que consideran que sí es posible el incremento de masa de nieve
- Zona de llegada o depósito. Aquí la nieve empieza a perder velocidad y finalmente se detiene.
Desencadenantes del alud
La principal causa del alud es la falta de homogeneidad del manto nivoso, ya que la nieve recién caída no llega a compactarse o soldarse con la nieve que ya había en la montaña. En estos casos es fácil que un agente externo termine rompiendo la escasa cohesión que retiene a la nueva masa de nieve: el paso de un montañero o esquiador, viento fuerte, el desplazamiento de una roca...
Aunque son muy difíciles de predecir, cualquier montañero debe saber reconocer las condiciones que pueden llevar a desencadenarlos. En este sentido, uno de los principales factores desencadenantes son las altas temperaturas (o, incluso, el brusco calentamiento del sol matutino), pues estas reducen la cohesión de la nieve superficial. Es por ello que se desaconseja salir a la montaña en días despejados tras grandes nevadas, ya que es fácil que se desencadene un alud ante la inestabilidad de la masa de nieve recién caída.
Tipos de aludes
Analicemos los tres tipos de aludes posibles:
- Alud de placa: Son los que más víctimas causan. Una placa es una superficie de nieve compacta que se desprende del resto dejando fracturas de nieve bien visibles en las montaña. Principalmente ocurren en invierno y en las laderas con orientación norte, ya que la falta de sol impide o retrasa la transformación del manto nivoso. Leer más.
- Alud de fusión o nieve húmeda: Este tipo de alud se produce principalmente en primavera ante la subida de las temperaturas en laderas expuestas al sol. El calor humedece la nieve, esta aumenta su peso, y termina deslizándose ladera abajo. Leer más.
- Alud de nieve polvo, fresca o reciente: Se inician principalmente tras fuertes nevadas que se acumulan sobre un manto liso de nieve. Cuando el peso de la nieve recién caída sucumbe a la fuerza de la gravedad se inicia el alud, que generalmente parte en un punto y arrastra cada vez más nieve. Leer más.
Bibliografía
- Riesgos de aludes. Desenvolupament Sostenible.
- La guía de los aludes (2015). AEMET.
Enlaces transversales de Book para Tipos de aludes
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