Un alud (o avalancha) es un desplazamiento violento de una gran masa de nieve ladera abajo, acompañada, a veces, de piedras, plantas o árboles que son arrancadas de la pendiente. Visualizar desde la lejanía un alud puede ser impresionante, pero estar presente y poder ser arrastrado por uno de ellos es uno de los mayores peligros en alta montaña invernal, con una gran probabilidad de fallecimiento.
Si quieres aprender sobre los aludes te recomendamos que leas los siguientes artículos.
El primer paso es conocer los diferentes tipos de nieve que podemos encontrarnos según cómo sea su transformación.
A partir de ahí podemos introducir los diferentes tipos de aludes que existen:
- Alud de placa o de nieve seca.
- Alud de fusión o nieve húmeda.
- Alud de nieve polvo, fresca o reciente.
Podemos encontrar 5 tipos de situaciones (problemas) con la nieve que pueden provocar un tipo u otro de alud.
Una vez que se desencadena el alud, este puede ser de 5 tamaños posibles.
El grado de peligro de aludes nos indicará la probabilidad de que se produzca un alud en una determinada zona.
Antes de salir a la montaña, debemos consultar el Boletín de Peligro de Aludes y saber interpretarlo correctamente.
Y una vez en la montaña, llevar y saber utilizar un ARVA cada componente del grupo es fundamental para poder sobrevivir a un alud (en un futuro completaremos esta información).
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